¿Soy consciente de los riesgos y costes reales de mi inversión?
Las inversiones, ya sean con fondos propios o con fondos de terceros, son la base del crecimiento y el funcionamiento de las empresas. Estas inversiones implican en todo caso asumir riesgos. La pregunta es: ¿Los conocemos todos?
Es muy común la asunción de riesgos mayores a los conocidos, y la obtención de rentabilidades que no compensan esos riesgos. Esto tiene dos consecuencias: una directa, y otra indirecta.
Directamente se traduce en un perjuicio económico en la empresa que, en los casos más extremos, puede producir un quebranto económico que acabe con la propia empresa y termine con la liquidación de la misma.
Indirectamente, y derivado de lo anterior, se abre el interrogante de si debió de preverse la posibilidad de esa mala inversión. La Ley de Sociedades de Capital, establece que los administradores deberán basar sus actuaciones en el cumplimiento de las leyes y los estatutos y, además, con la diligencia de un ordenado empresario, es decir, deberán desempeñar el cargo con profesionalidad y alto grado de dedicación e interés en orden a la buena marcha de la sociedad. Ante esto, no cabe duda que utilizar un equipo externo que nos aconseje en la toma de las decisiones más importantes de nuestra empresa procurará cumplir con el más alto de los estándares de diligencia a la hora de blindar nuestra posición como administradores frente a futuras responsabilidades concursales o societarias.
Además de lo anterior, este tipo de estudios
pueden adoptar el formato de análisis de viabilidad de proyectos,